Porque a todos nos inculcaron de pequeños la necesidad de compartir: “Que si no compartes no compartirán contigo”, el impulso a ser buenas personas: “No le hagas a los demás lo que no quieras que los demás te hagan a ti”. Lo que nunca nos inculcaron, lo que nunca nos enseñaron es que a veces el final no es feliz, que a veces no gana el bueno, que a veces te llega el palo, que te llega donde menos te lo esperas, cuando menos te lo esperas, como menos te los esperas, que te llega de quien menos te lo esperas…
Cuantas cosas se evitarían si te enseñaran que esto funciona así, pero nunca te lo enseñan, estás obligado a descubrirlo por ti mismo desengaño tras desengaño, vas comprendiendo que si eres el malo serás puteado, comprendiendo que si eres el bueno, serás puteado… Así que sé tu mismo sin hacer demasiado por nadie, no des a quien no se merece, la pena y la lástima solo te hacen mas vulnerable, vuélcate con quien se lo merezca. Sé bueno y no jilipollas.
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